Una tarde cualquiera recibí la llamada de Victoria, una
amiga a quien conozco de toda la vida. Tan solo al escuchar su voz alterada y
su respiración entrecortada supe que algo no andaba bien. Me alarmé un poco.
¿Tienes tiempo para hablar, estás a solas? Claro, le respondí, mientras me
levantaba del sofá para ir a encerrarme en la recámara.
Y enseguida empezó a contarme cómo fue que durante las
vacaciones de verano el menor de sus hijos le disparó a quemarropa: “Mamá, ya
ando con alguien, es hombre”… y sin darle tiempo a reponerse de la sorpresa,
corrió por la playa para irse a zambullir al mar, con la inocencia e ingenuidad
de sus 16 años.
Dice que han sido las peores vacaciones de su vida, que no
ha dormido desde entonces y que siente una angustia sin fin. No sabe qué hacer,
ni cómo afrontar esta revelación. En
primer lugar, no puede creer ni aceptar lo que su hijo le ha revelado, dice que
no es posible, pues de niño nunca manifestó conductas que la hicieran pensar
que era homosexual.
Me bombardeó con una serie de preguntas. ¿Cómo puede ser posible?
Explícame, si apenas hace unos meses terminó con una novia con la que tenía una
relación de un par de años. Siempre se ha llevado muy bien con su papá, le gustaban
los cochecitos. ¿Y si lo llevo con un sicólogo para que le haga entender que
está confundido, que no es cierto que es gay, y que todo vuelva a la normalidad? ¿Por qué en
la casa se comporta “normal”, pero cuando habla con sus nuevos amigos actúa muy
afeminado? Un chico le manda mensajes diciéndole “cariño” y “te quiero”… ¿ si
le quito el teléfono y la compu y le cancelo todos los permisos? ¿Cómo pueden
tener sexo dos hombres? ¿Se lo digo a mi esposo? ¿Cómo se lo digo a mis hermanas?
¿Nos van a dejar de hablar todos por esto?
Yo tan sólo la escuchaba, pues la noticia fue toda una
sorpresa para mí y no se me ocurría qué decirle, aunque creo que tampoco me
hubiera podido escuchar realmente, pues más que nada, lo que ella necesitaba
era hablar, sacar toda esa angustia, esa rabia, esa confusión que no la dejaba
casi ni respirar. Me di cuenta de que se sentía sumamente devastada.
De modo que por principio de cuentas le propuse que hiciera
lo posible por tranquilizarse, y que tratara de ir resolviendo el problema poco
a poco, un paso a la vez. Se me ocurrió que ella, a quien toda la vida la
homosexualidad le había parecido una cuestión totalmente inaceptable,
anti-natural, inmoral e incorrecta, y que por ello nunca había querido ni
hablar del tema, lo primero que debería
hacer sería buscar ayuda profesional (de parte de un sexólogo o sexóloga
calificados) para, primeramente, recibir información acerca del tema y despejar
así todas sus dudas.
Le dije que, en mi opinión, tener un mayor conocimiento del
tema le permitiría abordar la situación de una manera más racional y con mayor
control; también le recomendé que no lo comentara con sus amigas o sus
hermanas, hasta que ella misma no supiera cómo manejar el tema. Volví a pedirle
que intentara tranquilizarse y le reafirmé que podía contar con mi apoyo, como
siempre a lo largo de todos nuestros años de amistad.
Al día siguiente, le envié un correo con información sobre
varios profesionales en sexología, así como libros y enlaces a artículos que
podrían ayudarle. Una semana después nos reunimos para platicar en persona
sobre el tema, y me comentó que ya había llevado a su hijo con una sicóloga,
que había acudido a un par de sesiones y que aparentemente todo iba bien. Le dije
que eso estaba muy bien, pero insistí en que también era muy importante que
ella recibiera orientación psicológica; no hice demasiado énfasis, pues comprendo
que finalmente ella sabrá cómo afrontar el problema y qué decisiones tomar.
Espero que sean las correctas.
Quiero mucho a mi amiga Victoria, y me conmueve mucho ver la
angustia y el sufrimiento que le ha causado esta noticia; ya le dije todo lo
que yo sé acerca del tema, traté de responder sus dudas, inclusive me ofrecí
para hablar con el muchacho o con su esposo... sin embargo pienso que lo principal es que reciba
información de parte de un profesional que responda a todas sus preguntas, caray, creo que nadie llega a estar preparado para recibir ese tipo de noticias, y es totalmente normal que se encuentre sumamente confundida y con una mezcla de sentimientos como ira, humillación, tristeza, desesperación, vergüenza y vaya usted a saber qué más.
En la plática que tuvimos me confesó que a ella le desagradan mucho los gays que se comportan en forma afeminada; dice que puede tolerar a un homosexual siempre y cuando se comporte, hable y se vista como "machín", pero que a los afeminados definitivamente no los tolera, por ello espera que ojalá su hijo no salga con esas "tonterías".
Ante esto mi respuesta fue que, aunque ella pudiera recomendarle o sugerirle a su hijo cómo comportarse, la decisión finalmente la tomaría su hijo, y en caso de que él se sienta bien comportándose en forma amanerada, pues como dice Juan Gabriel "ni modo qué hacer".
Le he comentado esta situación a Bugs Bunny, y ella me sugiere que siga apoyando a Victoria, pues la situación por la que está pasando es prácticamente como si su hijo hubiera muerto, y no porque el muchacho haya dejado de existir, sino porque con su salida del clóset se mueren todas las ilusiones, anhelos y sueños que su mamá se había forjado.
De modo que he seguido buscando la manera de ayudarla, y recientemente supe
acerca de una mujer que ha pasado por la misma situación y pudo afrontarla
felizmente, ella ha compartido su experiencia en la iglesia a la que yo acudo,
así que fue más o menos fácil conseguir su número telefónico; ya se lo pasé a
Vicky desde hace un par de semanas, y aunque aún no le llama espero que pronto
se decida, pues creo que le podría ayudar mucho.
Qué difícil es para una persona intolerante, tener que
aprender, a la fuerza, a tolerar… porque como ella misma dijo, “finalmente es
mi hijo, y por mucho que me esté costando, tengo que darle todo mi apoyo”.
P.S. Mi amigo Álvaro escribió una reflexión sobre este tema. Pueden leerla aquí.
P.S. Mi amigo Álvaro escribió una reflexión sobre este tema. Pueden leerla aquí.
There is an organization in the United States called PFLAG (Parents and Families of Lesbians and Gays). It's a shame that it does not exist in Mexico, because it would be a very helpful resource for your friend to come to terms with her son's revelation.
ResponderBorrarDoes your friend know that you are gay? If she does, then she is not completely intolerant, and she certainly must realize that being gay does mean that a person is bad, or that a gay person cannot have a happy and fulfilling life. The final sentence where she says, "Finalmente es mi hijo..." would seem to indicate that, even though it will be difficult, she will come to accept her son for who he is.
Hi, Bill, thanks so much for stopping by. Indeed an organization like the one that you mention would be very, very helpful for Mexican parents going through the same situation. Perhaps it would be a good idea for my friend to start one? Yes she knows that I'm gay too, and like you say, she's not completely intolerant, only she's more inclined to accept a gay man as long as he doesn't look like one, if you know what I mean. I've been doing my best trying to make her realize that being gay is what she fears, hopefully she will comprehend it soon. And you're right about the last sentence, that's precisely what she means and it supports my idea that her full acceptance of the whole thing is just a question of time. Thanks for commenting, I think the more we talk about subjects like these, the less complicated they will be.
BorrarCari... me encanto tu títular Tinísimo... aunque me pareció digno de inicio de programa de Laura en América... no ha si tu post que me parece súblime.
ResponderBorrarCaray, que fuerte, pero a la vez lógico, las personas más recalcitrantes en la homofobia resultan ser las que luego terminan enfrentandola, creo que será una lección para tu amiga y una oportunidad para crecer y ser mejor persona. Aunque intuyo las cosas no serán fáciles y esto es solo el principio.
Muchas de las conductas noscivas que tenemos los gays justo vienen del rechazo, no de la homosexualidad en si misma.
Querido Álvaro pues sabrás que me interesaba mucho conocer tu opinión sobre este tema, muchas gracias por tus amables comentarios. La verdad que mi amiga sigue muy devastada, creo que necesita su tiempo para pasar por el duelo como debe de ser. Totalmente de acuerdo contigo cuando dices que esto hará de ella una mejor persona; yo la anticipo más humilde, más aterrizada y más tolerante en todos los sentidos. Tu última frase es simplemente sensacional por la profunda verdad que encierra, gracias por comentar.
ResponderBorrarCari, creo que escribiré algo al respecto, porque es de esos temas que tocan el alma.
ResponderBorrarCari... ya hice mi propia reflexión sobre este tema, y espro te guste.
ResponderBorrarMe alegro que te inspiró, ya leí tu reflexión y dejé un comentario, saludos.
BorrarNingún padre está preparado para esto, creo que si yo hubiese elegido decirle a mis padres, también lo hubiera hecho a quema-ropa... pero mi caso fue distinto, ellos se enteraron y yo tuve que afrontarlo con un miedo inimaginable.
ResponderBorrarCapaz su hijo fue bisexual por eso dejo a la novia para estar con ahora un chico... o quizás se volvió, no sé. Yo he conocido gente que dice que se volvió gay y eso a mí no me cabe en la cabeza.
Sigue apoyando a tu amiga y que caray ponga de su parte es su hijo no un extraño.
Saludos!
Erik, definitivamente , ningún padre está preparado para enfrentar una situación como la de mi amiga. En lo personal yo he pensado que el muchacho ya se sabía gay desde hace mucho, y al percibir la desaprobación de sus padres intentó darles gusto haciéndose de una novia, etc. No lo sé con exactitud. Pero más que el sufrimiento de mi amiga, me conmueve el sufrimiento de este chico, de tantos y tantos chicos que, orillados por la desaprobación de su familia y de la sociedad, viven una doble vida que causará mucho daño emocional no sólo a ellos mismos, sino a las personas con las que se relacionan. Yo seguiré apoyando a mi amiga.
Borrar“finalmente es mi hijo, y por mucho que me esté costando, tengo que darle todo mi apoyo”.
ResponderBorrarEs la última frase que es la clave. Indica que tu amiga, en el fondo, sabe qué es la correcta respuesta aunque le cuesta mucho esfuerzo. Eso dicho, ella también tendrá que acostumbrarse a la nueva situación y eso se requiere tiempo. Yo recuerdo que me necesitó unos años también para acostumbrarme a la idea de que yo era gay. Y cuando salí del closet, también me sentía raro unos meses después.
En el caso de tu amiga, aparte de sus propios sentimientos, ella probablemente se preocupa por muchas cosas como el bienestar de su hijo, porque sabe MUY bien la discriminación, por lo que piensen sus amigos, sus parientes, etc. Para ella también es cuestión de, un día, salir de su propio closet. Porque en este momento, ningún de sus amigos sabe, verdad? Sus parientes? Probablemente no. Entonces, ella tiene dos problemas. Tiene que superar la idea de que su hijo es gay. Y también tiene que superar la idea de que sus amigos y parientes van a desaprobar a ella y/o a su hijo. Y por su propia homofobia, sabe que será un reto.
Sigue apoyándola y dentro de un rato todo saldrá bien.
Abrazos,
Kim G
Boston, MA
A donde hay menos y menos homófobos. Afortunadamente.
Hola, Kim, es muy profunda tu observación, definitivamente Vicky tendrá que lidiar con la aceptación de su propio hijo, y la aceptación o no aceptación de los demás hacia ella y su familia. Espero que esto último no le importe, sino que le valga madre, pues ¿quiénes son los demás para tratar de calificar nuestra vida? Yo, como buen amigo, seguiré estando a su lado.
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