Parroquia de San José. |
Me da gusto que esté floreciendo este mercado de los tours a los Pueblos Mágicos, es un negocio que beneficia a todos, pero sobre todo trae prosperidad a estas regiones.
Con tanto trabajo que he tenido en las últimas semanas, salir de la ciudad era realmente una necesidad, así que me levanté muy temprano, tomé mi mochila y me despedí de Logan y Chucho; éste último me contestó con un gruñido, tal vez comprendió muy bien que ese día se quedarían solos y encerrados.
Muy puntual, a las 6:30 de la mañana abordé el autobús que poco después enfiló hacia el norte. Salimos de la zona metropolitana y pasamos por Abasolo, un municipio del que, vergonzosamente, no conozco nada. Más adelante está Mina, y de ese sí sé que posee un museo en donde exhiben los restos de un mamut encontrado ahí cerca, pero no lo he visitado tampoco.
Plaza de Cuatro Ciénegas. |
No hubo tiempo de entrar a la iglesia (quienes me leen saben que no entro a rezar sino a admirar su arquitectura), porque la breve parada era para que los pasajeros pudiéramos comprar bebidas y snacks en el súper o comer unos tacos de barbacoa o menudo en unos puestos ubicado a la vuelta. Pero he leído que en el interior de la iglesia hay un mural que cuenta la historia de este pueblo, cuna del revolucionario Venustiano Carranza.
Yo compré un paquete de carne seca de la que elaboran localmente y mientras lo engullía me puse a admirar la torre de la iglesia, la bonita y bien cuidada plaza, las sierras que rodean a Cuatro Ciénegas y las antiguas y amplias casas de estilo norestense, con sus pesadas puertas de madera.
Bloques de travertino en la Mina de Mármol. |
En este lugar se pueden apreciar gigantescos bloques de piedra diseminados por toda el área, como si fuera una antigua ciudad griega que quedó en ruinas después de un potente terremoto... bueno, algo así. Yo trepé imprudentemente a uno de los bloques y desde una buena altura pude apreciar la bonita vista.
Una maravilla caminar por las Dunas de Yeso. |
Me di cuenta que viajar solo tiene un inconveniente: hay que pedir a alguien que tome fotos (aborrezco las "selfies"), y generalmente ese alguien toma fotos desenfocadas, alejadísimas, a contraluz, cortadas... bueno. Traté de usar el temporizador, pero no siempre era posible porque el guía nos traía a paso veloz.
De ahí nos fuimos a las Dunas de Yeso, una zona cubierta por blanca arena y formaciones caprichosas creadas por los cambios geológicos, pues se dice que esta área formaba parte del Mar de Tetis, el cual se secó y solo quedaron unas lagunas, pero estas también se secaron y solo quedó la arena, misma que contiene calcio y que es lo que le da su color blanco.
Desde antes que lo sugiriera el guía, me quité los tenis para que mis pies disfrutaran la caminata; para mi sorpresa, la arena no estaba caliente bajo el ardiente sol de este desierto; según el guía, esto se debe a que sus cristales contienen agua. ¿Será? Algo que pude notar es que la mayoría de la gente tiene los pies muy, muy feos.
Poza Azul, hermoso oasis. |
Llegó la hora de ir a comer; yo pensé que iríamos a algún restaurante típico del centro, pero el guía nos "recomendó" el restaurante del hotel Hacienda 1800, que se encuentra a las afueras. Debo decir que me quedé boquiabierto ante la belleza de este lugar que es literalmente un oasis.
Patio central del hotel Hacienda 1800. |
De ahí nos fuimos a la vinícola Vitaly, dondé compré una crema de aguardiente que me está esperando pacientemente. No pudimos recorrer los viñedos por falta de tiempo. Regresamos a la plaza principal para el último punto del recorrido: el museo Venustiano Carranza, hacia donde se dirigieron todos los pasajeros del autobús excepto uno: yo mero.
¿Qué tal el bar? |
El hombre no era huichol, sino, según él, yaqui, de Sonora; pero ni su indumentaria ni sus facciones lo demostraban. Así que adiós fotos...
Pero ya que estaba ahí, le compré un frasquito de gotas "Me Vale Madre" (así se llama), que contiene valeriana, tumbavaquero, azahar, tila, damiana y otras cosas con la que espero dormir mejor. También le pedí que me diera su famoso masaje "creaneoencefálico", pero exprés porque no tardarían en salir mis compañeros del museo.
Mientras me daba el masaje me enseñó unas técnicas de respiración y posturas para meditar; y debo decir que tras el breve masaje yo quedé relajadísimo y listo para el viaje de regreso. El terapeuta, como se autonombró, me comentó que solo estaba en el pueblo por unos días y me ofreció su número de celular, porque también ofrece consultas por teléfono. Yo esperaba un número teléfónico de Sonora, de donde son los yaquis, pero resultó ser de Tepic, Nayarit. Que alguien me explique...
Pasé nuevamente por la parroquia, que ahora estaba iluminada; intenté entrar pero me di cuenta que se estaba oficiando misa y no quise interrumpir. Con el sol ocultándose, regresé al autobús junto con mis compañeros y emprendimos el regreso a Monterrey. Llegué a casa rendido pero muy satisfecho con mi visita relámpago a Cuatro Ciénegas.
Isidra Ramírez, de Grupo Ramírez Valladares, nos comentó que la compañía tendrá un tour próximamente a Creel, Chihuahua, que incluye un paseo en el famoso tren Chepe. Me seduce la idea...
También me llama mucho la atención ir a Cuatro Ciénegas, pero a Azael no se le hace tan atractivo el lugar y aparte siento que ir en ese tour es muy rápido, no se si llegas a apreciar bien cada lugar que visitas, espero convencerlo de irnos un fin de semana.
ResponderBorrarHabía oído del lugar, pero no conocía nada... Qué bonito es todo!
ResponderBorrarImpresionantes las dunas y la poza...
¡Más fotos, más foto!
Bonita descripción de tu viaje!
ResponderBorrarDenisse: El tour no me pareció tan rápido, porque realmente con las dunas y la mina de yeso y la poza, vas, observas, tomas fotos y ya, no hay nada más que hacer. Claro que los que quieran ir al río sí necesitarán más tiempo y en ese caso pordrían pasar la noche ahí (el hotel Hacienda 1800 se ve estupendo). Yo me hubiera querido quedar un buen rato en la plaza, platicar con la gente, entrar a la iglesia, mirar el tiempo pasar. /// Álex, qué bueno que te gusto, no pude tomar muchas fotos pero te las debo para la próxima. /// Bill, es un lugar muy bonito, en el norte de México también hay cosas muy bellas, diferentes, eso sí, pero bellas.
ResponderBorrarEs el problema de tours: van demasiado rápido. Recuerdo cuando F y yo fuimos a Monte Albán por un tour. Pasemos la hora corriendo para poder ver todo antes de la salida del autobús. Hubiera yo podido pasar todo el día allá.
ResponderBorrarGracias por el post.
Saludos,
Kim G
Redding, CA
Donde hay mas tiempo que sitios turísticos.
Tienes razón, Kim... van demasiado rápido. Algunas veces está bien, pues no hay mucho más que ver, pero otras, uno quisiera quedarse simplemente contemplando el lugar, como Monte Albán. A Monte Albán debo regresar para acostarme viendo hacia el cielo y pasar así un buen rato. Abrazos.
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