Así he estado estas últimas semanas. “Lleno de renuevos”,
como dice mi analista. Y es que a partir de que gracias a una plática
presentada en www.ted.com aprendí que se puede
purificar el aire en el interior de la casa y la oficina, amo más que nunca los
árboles y las plantas y las flores, por dondequiera que voy me detengo a
observarlos y a apreciarlos.
Pienso en cómo me gustaría tener una gran propiedad, rodeada
de árboles y llena de bellos jardines vestidos de aromáticas flores, perfumando
el aire con efluvios de rosas, jazmines y gardenias.
En mi trabajo, el proyecto Oficina Verde ya va tomando
forma. Mi compañera Raquel y yo recorrimos las diferentes áreas para determinar
el tipo y cantidad de plantas que necesitaremos, luego solicitamos presupuestos
y entre ellos elegimos uno de un vivero local. Ya lo visitamos y pudimos
obtener un mejor precio, además de que tuvimos la oportunidad de ver las
plantas que se van a adquirir. Lo mejor de todo es que el jefazo ya nos
autorizó la compra.
Ahora sólo faltan las macetas... tenemos que encontrar
macetas de barro sin pintar, y aunque es fácil encontrarlas en algunos viveros y
también en grandes tiendas como Home Depot, nosotros tendremos que buscar los
precios más bajos posibles, pues estamos hablando de casi 90 plantas. Lo que
más me gusta de este proyecto es que se hará realidad en muy poco tiempo, y por
supuesto, que nuestra oficina lucirá más agradable y los que trabajamos ahí
respiraremos un aire más limpio.
Hace un par de semanas fui de visita a casa de mi hermana
Lola, a quien también le gustan mucho los árboles y las plantas. Frente a su
casa hay una pequeña extensión de tierra, en la cual, en vista de que el
Gobierno Municipal no lo ha hecho, ella misma se ha dedicado a plantar diferentes especies
de plantas y árboles, inclusive hace poco instaló una tubería de agua para
facilitar el riego. Ya cuando me iba me regaló una poda de julieta, así que de
camino a casa compré una garrafa de vidrio para ponerla en agua, y ahora se
encuentra decorando uno de los burós de mi recámara.
Y en mi visita al vivero no regresé con las manos vacías:
compré una pequeña planta de las que llaman cuna de moisés, con su preciosa
flor blanca, para regalársela a Rodolfo, pues sé que le gusta mucho. Por la
tarde antes de regresar a casa pasamos a un bazar, en donde conseguí una
preciosa olla de cerámica pintada en colores pastel, y un plato que más o menos
hacía juego. Al llegar a casa utilicé mi maravillosa broca especial para
perforar azulejos o piezas de cerámica y en unos segundos la olla se convirtió
en una bonita maceta.
El domingo pasado Rodolfo y yo casi sufrimos una insolación,
pues nos p
usimos a instalar una especie de tendedero de alambre sobre el espacio donde se encuentra la cochera, al frente de la casa. Nos quedó muy bien, y ahora cada día esperamos con mal disimulada impaciencia que las tres enredaderas (¡más bien cuatro!) que tenemos en el pequeño jardín empiecen a cubrir el tendido y lo conviertan en un hermoso techo verde.
No puedo negar que estoy completamente entusiasmado con mis
proyectos de rodearme de plantas y árboles. Siempre me habían gustado pero creo
que no había llegado mi momento de pasar de la simple admiración a la acción.
Verde soy.
En el semi-desierto los árboles son todo un milagro
Y ahora que estoy inmerso en esta ola verde, durante mis
recorridos por las diferentes calles, avenidas y barrios de mi ciudad inevitablemente
observo si hay plantas o árboles, de qué tipo son, etc. Y verdaderamente ha
cambiado mi perspectiva: antes yo decía que en Monterrey no había árboles ni
plantas, pero hablaba sin saber… en realidad sí hay muchísimas personas a las que
les gusta tener un bonito jardín, sembrar uno o varios árboles frente a sus
casas, o simplemente colocar macetas con plantas, y me he dado cuenta de que
esta buena costumbre cada vez se hace más popular.
Sin embargo, esto de ninguna manera se puede comparar con la
vegetación que he observado en otras ciudades, por ejemplo, la Ciudad de
México, con sus hermosos camellones llenos de frondosos árboles, o Guadalajara,
Oaxaca, Mérida, Ciudad Valles, Zacatecas. Pero hay que tomar muy en cuenta que
Monterrey se encuentra en una región semi-desértica, por lo cual la poca
vegetación que tenemos es prácticamente un milagro y el resultado de muy grandes
esfuerzos.
Aún así, hay unos cuantos parajes que parecen contradecir el
hecho de que vivimos en un semi-desierto, y uno de los más hermosos es el Parque
Ecológico Chipinque, que está ubicado en la hermosa Sierra Madre Oriental y
abarca 1,625 hectáreas de áreas protegidas; dentro de esa zona hay altitudes de
hasta 2,200 metros sobre el nivel del mar, y en ella habitan muchas especies de
flora y fauna. Es una delicia caminar por sus veredas y aspirar el aroma de los
pinos.
Gracias a su altura, el clima en Chipinque siempre está unos
grados por debajo de la temperatura de Monterrey, y además ofrece unas vistas
espectaculares de todos los rumbos de la ciudad.
Ayer disfrutamos la visita ralámpago de Kim, quien hizo una
escala en Monterrey después de un fantástico e increíble recorrido por nuestro
país. Solamente estaría unas horas aquí, y yo deseaba poder encontrar un lugar
cercano a donde llevarlo para que pudiera apreciar las montañas que dan fama a
esta ciudad.
Así que en primer lugar lo llevé al Cerro del Obispado, que
se encuentra muy cerca del lugar donde trabajo. Se trata una pequeña elevación,
en cuya parte más alta se encuentra el Obispado, construido durante los años de
1787 y 1788 (se dice que es el edificio más antiguo de Monterrey), por órdenes
del obispo Rafael José Verger para que fuera su residencia particular. Ahí
vivió hasta su muerte en 1790.Cito a Wikipedia: “Durante la Batalla de Monterrey se establecieron en esta loma 260 hombres y 3 cañones al mando del coronel Francisco Berra, que abrirían fuego por órdenes del General Pedro Ampudia si el invasor intentaba entrar por el poniente de la ciudad.
El 20 de septiembre las tropas del General William J. Worth avanzaron desde San Jerónimo al camino de Saltillo con el fin de cortar la retirada al ejército mexicano, pero fueron cañoneadas por las tropas que resguardaban el Cerro del Obispado y la caballería.
Durante la mañana del 21 de septiembre cae el Fortín de la Federación a manos del Gral. Worth, convirtiendo al Obispado el blanco del fuego enemigo, mientras por el lado norte el 22 de septiembre las fuerzas extranjeras al mando del Teniente Coronel Thomas Childs habían logrado ascender al punto más elevado atacando por sorpresa a la escasos 60 hombres que defendían la posición. Desde ahí los estadounidenses hicieron fuego sobre el edificio y la carga de tres columnas enemigas hicieron que a las cuatro de la tarde cayera heroicamente el Obispado al no contar con apoyo de la plaza. Las barras y las estrellas fueron izadas sobre el asta bandera del Obispado, y ondearon sobre Monterrey hasta después de mayo 25 de 1848, día en que se acordó la paz entre las dos naciones y el fin a la invasión estadounidense”.
Mi Amigo el Gringo
Pues hasta aquí traje de visita al Gringo Suelto, pero esta vez no hubo cañonazos ni balaceras, ni nos disputamos el derecho de colocar cada quien su bandera en el asta, sino una agradable plática de amigos en la que intercambiamos experiencias y reflexiones, disfrutando una suave brisa que mitigaba el fuerte calor regiomontano y admirando las montañas que rodean la metrópoli.
Tras la breve visita pasamos a recoger a Rodolfo y de ahí, navegando trabajosamente en el pesado tránsito de las 7 de la noche, nos encaminamos hacia Chipinque. Este es un paseo que tradicionalmente se realiza los domingos muy temprano por la mañana, ideal para hacer ejercicio aspirando el aire puro de la montaña, pero está abierto todos los días de la semana y por lo que pude ver, actualmente una gran cantidad de personas (muchos en bicicleta) lo visitan a última hora de la tarde ya que ha bajado el sol.
Kim pareció disfrutar mucho el paseo, sobre todo las vistas, y tiene tan buena condición que prácticamente nos arrastró a subir por una de las veredas rodeadas de vegetación, pero en vista de que ya pronto oscurecería y de que Rodolfo y yo estábamos exhaustos, emprendimos el camino de regreso. Posteriormente, disfrutamos una buena cena en una mesa al aire libre del Oriental Grill y más tarde lo fuimos a dejar a su hotel, para que descansara y a la mañana siguiente recorriera la última parte de su viaje por carreteras mexicanas, antes de arribar a Laredo, Texas y tomar un vuelo de regreso a casa. Buen viaje, amigo.
Hola Tino! Fue un placer reunirme contigo y con Rodolfo y me gustaron mucho los lugares que me mostraron. Ojalá que tuviéramos mas tiempo, pero espero verlos al regresar en julio.
ResponderBorrarGracias por todo y un fuerte abrazo,
Kim G
Laredo, Tx
A donde fue raramente mas fácil entrar que salir hace 10 semanas.
Te esperaremos con mucho gusto, en monterrey hay muchos otros lugares que te van a gustar también. Saludos.
BorrarVerde que te quiero verde... Tino.
ResponderBorrarEn verde es vida, carnal.
BorrarEl semi-desierto tiene plantas hermosas, no te dejes llevar por la apariencias. Me encantan los huizaches que en mayo no se enteran que viven rodeados de tierra y piedras grises, y sacan sus exuberantes flores amarillas a relucir en medio de la nada. Otra cosa son los cactus y suculentas,
ResponderBorrar¿no suenan de por si hermosos sus nombres?, de los cuales soy más recolector, que coleccionador o especialista.
Qué bueno que te dejen hacer tu oficina verde, y que puedas compartir con personas, y con nosotros, un poco de la historia de tu ciudad. Un abrazo, y espero pasarme por acá con regularidad
Totalmente de acuerdo contigo en cuanto a las plantas del semi-desierto. Cada día soy un poco más observador, y me deleito apreciando las retamas, los cenizos, los ébanos, los sabinos, los mezquites, árboles estoicos que un día decidieron nacer aquí y crecen sin importarles el clima extremoso y la escasa lluvia, de todas formas nos regalan sus flores y sus frutos. Gracias por pasar a visitar, estos días he estado un poco sin inspiración, o más bien demasiado ocupado, pero pronto retomaré la palabra. Por cierto, me encantó tu historia de los jóvenes amantes que se conocieron en el último camión. Sublime.
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