miércoles, mayo 21, 2008

Del Brazo y por la Calle


Me encantan las películas mexicanas. No las campiranas, de charros cantores y mariachis. No. Más bien me gustan las películas urbanas, de los años 50, 60, 70. Ver imágenes de la Ciudad de México en los 40 tiene una atracción irresistible para mí, tengo una sensación de haber estado ahí, o tal vez sea una gran curiosidad por saber lo que sería haber estado ahí en esos años. Cuando no había muchos autos, cuando la ciudad se veía sola, despejada, pero ya en ese entonces lucía sus majestuosos edificios y monumentos. Qué maravilla. Me gusta cómo se ve la ciudad en esa toma donde Pedro Infante pelea con "El Tuerto" en la azotea del edificio de la Comisión Federal de Electricidad. Creo que casi nadie pone atención al entorno, pero yo he visto una toma donde se ve el Monumento a la Revolución. Espectacular. Hay otras muchas películas que retratan las avenidas, calzadas y glorietas de la Ciudad de México en aquellos años.
Desde hace algún tiempo me gustan las películas que transmite el canal "De Película", pero es últimamente que me he aficionado a ver cada vez más películas, y la verdad que he podido apreciar unas joyas maravillosas del cine mexicano. Buenas actuaciones, buenos argumentos. Vi hace unas semanas "El Cumpleaños del Perro", donde aparecen muy jóvenes Diana Bracho y Héctor Bonilla. Ayer vi un poco de "Peligros de Juventud", con Manuel "Loco" Valdés y Fernando Luján, entre otros. Tan jóvenes. Pues claro, es una película de 1960. También esta semana vi una película muy extraña, "El Pacto", donde Ana Martin y Fenando Allende son hermanos y sostienen una relación incestuosa.
Una película que me impresionó mucho por la fuerte carga deprimente es "Del Brazo y por la Calle", con Marga López y Manolo Fábregas. Ese día estaba algo deprimido y sabía que la película me estaba empeorando, pero simplemente no podía cambiarle. Me seducía de alguna manera. Ah, pero qué película tan angustiante, qué miseria... qué vida tan frustrante para ella, que abandonó una vida de lujos por casarse con el hombre que la cautivó, y para él, artista incomprendido y frustrado, consciente de que su trabajo no le permitiría darle a su amada la vida a la que estaba acostumbrada. Las sombras, el tren, las calles miserables, la gotera eterna, la oscuridad... todo contribuye a hacer una atmósfera asfixiante de la que uno quisiera salir corriendo.
Entre mis favoritas están "Los Olvidados" y "El Lugar sin Límites", con Roberto Cobo de niño en la primera y de adulto "¿adulta?" en la segunda. Pero hay tantas otras, buenas, muy buenas películas del cine mexicano.

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