Mi Madre

Este sábado tuvo lugar una de las celebraciones más importantes para los mexicanos: el Día de las Madres. En mis recorridos por las calles ese día, no pude menos de observar a tanta, tanta gente cargando flores, desde una sencilla rosa hasta preciosos arreglos de muchas flores. Cuál más, cuál menos, todos llevaban una flor para demostrar con devoción un amor incondicional a las Mamás. Y a pesar de ver tantas flores, yo no llevé flores a mi mamá. Pero le llevé un arreglo que sé que le gustó mucho: una canasta con dos bolsas de mole oaxaqueño que le encanta, chocolate del mismo origen y dulces varios. Aunque mis hermanas querían que ella no cocinara, cuando llegué a verla ella ya tenía todo listo para preparar un mole con arroz... justo a tiempo para sustituir el comercial mole Doña María por un poco de ese mole que le llevaba de regalo.
Pasé casi todo el día ahí, platicando con mis sobrinos, con mis hermanas... hacía un calor insoportable pero ahí seguíamos, platicando, platicando... cómo nos encanta platicar a los Gutiérrez.
Amo a mi mamá. La admiro mucho. Es tan inteligente. Nunca aprendió a leer ni a escribir, porque cuando era pequeña quedó huérfana, y a su tía no le pareció importante darle instrucción. Sé pocas cosas de su infancia, pero según lo que refiere fue una infancia muy difícil, siendo huérfana, viviendo en casa de su tía o de su abuelita, con grandes carencias econónicas. También quedó sorda siendo una niña, a consecuencia de un sarampión mal atendido. En consecuencia, siendo sorda y no sabiendo leer ni escribir, mi madre vive en un mundo muy reducido, ignorando muchas cosas como los nombres de los países del mundo, las películas, las canciones, las noticias... pero quién sabe si así sea más feliz. Lo que siempre supo fue formar una buena familia, todos somos hombres y mujeres de bien, y nos llevamos muy bien. No como otras familias, en las que algunos de sus miembros dejan de hablarse, pelean y hasta se golpean o se matan. Aquí no. Todos nos respetamos. A veces no estamos de acuerdo con lo que hace o dice el otro, pero el respeto es fundamental.
La admiro tanto porque quedó viuda a los cuarenta y tantos años... con 10 hijos que alimentar. Y con su ignorancia, con sus limitaciones... a todos nos sacó adelante. Formó una familia respetable, ninguno de nosotros agarró un mal camino, todos hemos progresado... unos más, otros menos, pero todos estamos bien. Nos supo unir.
Sé que si ella pudiera oír, y si pudiera leer y escribir, sería una mujer muy inteligente, sería una genio. Pues no deja de sorprenderme cuando la llevo al súper, y siempre compra los productos más actuales, los que ella ve por televisión, productos tan nuevos que ni siquiera yo los conozco, a veces. Recuerdo cuando un día llegué a comer y me presentó muy orgullosa un platillo a base de berenjenas. Mmmm, delicioso. Ella ni siquiera sabía cómo se llamaban las berenjenas... así que le pregunté que de dónde había sacado eso. "Salió en la tele", me dijo. Ella vio la receta por televisión, poniendo mucha atención a lo que veía, pues no oía ni leía. Luego fue al supermercado y guiándose únicamente por la vista, fue a buscar las berenjenas (que en mi casa jamás habíamos comido). ¿Cómo haría para identificar los demás ingredientes, el modo de preparación? No lo sé. Pero sé que ella tiene una gran creatividad, además de una gran inteligencia y mucha habilidad. Mamá, yo soy un poco como tú. Gracias por hacerme como tú.
Mi mamá no sabe de palabras tiernas, ni de caricias... muchas veces he lamentado no haber recibido más abrazos suyos, más besos... o que me dijera cuánto me quería. Pero ya pasó. Sé en mi corazón que me quiere mucho. Pues siempre me pregunta: "¿por qué no habías venido?". Y siempre me guarda comida. Siempre, siempre. Siempre me espera. Disfruta cuando comemos juntos. Mamá, te quiero mucho madre mía. Te quiero con todo mi corazón. Te admiro mucho madre querida.