jueves, noviembre 27, 2008

Hatha Yoga


A sugerencia de mi guapa amiga Marlene, compañera de mis clases de budismo, asistí a una clase de yoga este martes por la noche, y aunque estoy familiarizado con ciertas posturas y movimientos, algunos de los ejercicios que nos puso el maestro me costaron realmente mucho trabajo.
En general fue una experiencia muy gratificante, ya que sentí mucho descanso al apreciar el masaje que se puede dar a los órganos internos con sólo practicar una postura determinada. El control de la respiración es básico, y aprecié cómo ayuda esto a eliminar el estrés y a sentir mayor tranquilidad y paz mental.
Yo que no soy muy asiduo al ejercicio, pude comprobar con mucha alegría que tengo unas piernas muy fuertes y flexibles. Sin embargo, los ejercicios que me costaron mucho más trabajo son aquellos en los que intervienen los músculos del vientre... pues buena falta me hace fortalecerlos.
Aún no sé si me decida a tomar la clase en forma permanente, ya que he notado que en estas noches de otoño/invierno al salir del trabajo lo único que deseo es ir corriendo a mi casa, así que comprometerme a tomar una clase de yoga es algo que me cuesta trabajo.
Pienso que lo que más me gustaría sería contratar a alguien que me enseñe una rutina de yoga, para después practicarla yo en mi casa.
He leído mucho sobre los beneficios del yoga y de verdad quisiera tener la fortaleza y decisión de convertirme en un practicante disciplinado... si sólo pudiera vencer esta resistencia...

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