jueves, noviembre 27, 2008

Schumacher


Una revitalizante salida de la rutina, una rica cena en Súper Ensaladas y una más deliciosa plática disfruté anoche con mi buen amigo César, más conocido como "Chuma" (por su parecido con el piloto Michael Schumacher).
Este hombre es una de las personas más positivas que conozco. Fuimos compañeros de trabajo hace varios años, y en esa etapa estrechamos nuestra amistad al convertirnos en aliados para resistir los embates de nuestro malhumorado, grunón y en no pocas ocasiones mal intencionado jefe de ese entonces.
Nos apoyábamos y defendíamos mutuamente, y compartíamos numerosas enseñanzas. Aprendimos a reírnos con muchas ganas de las situaciones difíciles que nos tocaba vivir, y gracias a eso se nos hacía más llevadera la jornada diaria de trabajo.
Un buen día él decidió seguir otro camino, mientras que yo continué en ese lugar de trabajo durante un buen tiempo todavía. Cómo lo extrañé, sus risas, sus pláticas y sobre todo ese compañerismo y complicidad.
Durante la cena recordamos a nuestros antiguos compañeros de trabajo, así como las muchas anécdotas que vivimos en esos tiempos. Me recordó que cuando nuestro jefe llegaba echando chispas, yo corría a poner una escoba recargada contra la pared, pues había leído en alguna parte que con ese recurso se lograba hacer huir a una persona indeseable. Verdad o mentira, este truco nos funcionó más de una vez.
Entre tantas personas negativas con las que a veces tengo que convivir, es refrescante contar con un amigo como Chuma, que siempre tiene una palabra amable, un afecto sincero y una gentileza a toda prueba. Me es grato hacer un alto en el camino y compartir ideas y enseñanzas con un ser noble y positivo como él.

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