martes, diciembre 16, 2008

Como Las Hojas de Otoño


Como las hojas de otoño caen estos últimos días de diciembre, el último mes del año. Parece que el tiempo aumentara su velocidad en estos días, de repente hago cuentas y ya pasó una semana, un mes, medio año... inexorable. Al tiempo no hay quien lo detenga. Lo que no alcanzamos a hacer, es muy probable que ya no tengamos oportunidad de hacerlo.
Por esa razón hay que prestar mucha atención al momento presente, observar todo: los ruidos, el silencio, las formas, los colores, los hechos, las palabras, expresiones y acciones de la gente que nos rodea. Hay que acabar con la distracción que provoca el estar pensando en las dos grandes ilusiones: el pasado y el futuro.
Está llegando el momento de hacer un pequeño alto en el camino y reflexionar, tomar nota de los errores para no repetirlos, encontrar los aciertos para convertirlos en una forma de ser. Cuánto crecimiento, cuánto aprendizaje hay en cada año que pasa. Todas las experiencias son buenas, porque todas nos hacen crecer.

Cumpleañeros

Diciembre trae su cuota de cumpleañeros. En la oficina hay varios compañeros que celebraron un año más de vida, pero también tengo familiares a quienes les cantamos Las Mañanitas en este mes.
Por ejemplo, mi hermana Pera cumplió años el día 11, y vuelvo a lo dicho antes: "cómo pasa el tiempo". Hace ya unos cuantos años que ella y yo rebasamos la barrera de los 40, pero no por eso dejo de recordar nuestros juegos de infancia, las peleas en la adolescencia, nuestra juventud y nuestra adultez siempre cerca uno del otro.
No se me olvida cuando aventó un pedazo de sandía hacia mí, para asustarme, y que me da en plena cara. Híjole, cómo me dolió, hasta me dejó los ojos morados. Lloré de dolor y de coraje, y ella muerta de la risa...
Ayer cumplió años su hijo Claudio. Recuerdo que me salí del trabajo y allá voy encarrerado hacia la maternidad Conchita para conocer a mi nuevo sobrino. Él estaba en el área de cuneros, y que me asomo para verlo por primera vez y "pum", me doy tremendo golpe en la frente por no haber visto el vidrio.
Otro de mis sobrinos, Christian, cumple años hoy. Lo conozco desde bebé, en uno de mis viajes al DF (pues nació allá), recuerdo mucho que su abuelito Félix lo adoraba y le aguantaba todas sus travesuras. Le decíamos el "Pirrurris", y él estaba tan chiquito que no podía pronunciar bien y decía "pidudis". Ahora es un hombre trabajador y responsable, como mecánico me ha apoyado mucho para solucionar las fallas del 306.
Muy cerca de la Navidad, el día 21, celebraremos el cumpleaños de mi hermana Lupe. Ella es la segunda hija de mis padres, y por la diferencia de edades, en una etapa de mi vida la consideré como mi otra mamá. Y vaya que es toda una mamá: cocina delicioso, se preocupa siempre por sus hijos, es muy dedicada al hogar, sabe escuchar y tiene siempre una sonrisa y un comentario amable. Es la nobleza personificada.
Con los años su familia ha crecido y ahora es una feliz abuela a la que le han tocado las travesuras de una buena tribu de nietos.
Y a todas las personas que cumplan años en diciembre: felicidades.

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