miércoles, marzo 11, 2009

Pájaro en Mano y Ciento Volando


La mayoría de las veces que voy al baño, me gusta mirar a través de una pequeña ventana que da directamente hacia un árbol. En un lugar tan feo y árido, donde los polvos lo cubren todo (la planta donde trabajo), este árbol y el jardín que lo circunda constituyen una nota contrastante de belleza y de vida.
A veces hay negros cuervos parados en sus ramas. Yo los veo y trato de descifrar el significado de su graznido, tan sonoro. También hay otros pájaros más pequeños, de una especie muy común caracterizada por su plumaje color café. Pero hace poco vi a un raro ejemplar de pecho color amarillo, precioso, y lamenté no traer la cámara para capturarlo en fotografía.
Cuando mi trabajo se vuelve aún más rutinario y aburrido, voy a conectarme con el momento presente observando con atención esta escena que parece siempre igual mas nunca es la misma. He visto al árbol quedarse desnudo, y luego cubrirse poco a poco de tímidas hojas, hasta quedar lucido como un pavorreal. Veo sus ramas mecerse con el viento. Pero sobre todo saludo a las aves, a veces añorando poder volar igual que ellos.

3 comentarios:

  1. Que bello post.

    La naturaleza nos redea, y un arbol que esta ahí, que parece inmovil, esta vivo. Se viste de gala una y otra vez y es además refugio y guarida de otros seres. Buenos amigos tambien.

    Un abrazo.

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  2. Por aca se notan las cuatro estaciones pero si bien marcadas, es bello poder ver lo que Dios o la naturaleza nos regalan, mucha gente ni se cuenta de eso, un saludo bibis.
    Bye

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  3. Te felicito por poder ver lo que para muchos pasa desapercibido, la belleza de la naturaleza y si efectivamente quien como las aves para poder emprender un vuelo aventurero.

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