viernes, abril 17, 2009

Le Temps Passe (Heureusement)

Desde hace ya algún tiempo, desearía estar en una reunión con amigos y amigas, animada pero no escandalosamente ruidosa, y después de una cena sabrosa y mucha plática, que alguien saque una guitarra y nos pongamos a cantar canciones antiguas, románticas, muy sentimentales.
Varios años atrás disfruté una o dos veladas como estas en casa de mi hermano Alex, en las que Pepe de pronto empezaba a tocar la guitarra y a cantar acompañado por la suave voz de su esposa Maribel. Tímidos al principio, poco a poco los demás nos íbamos uniendo y aquello se convertía en una bohemia deliciosa. Ah, cómo lo extraño.
El tiempo pasó, hubo más reuniones pero, sin ninguna razón en especial, ya no apareció la guitarra ni hubo canciones románticas en horas de la madrugada. Luego Pepe y Maribel se alejaron un tiempo, luego ya no hubo reuniones en casa de Alex.
Me quedé con las ganas de cantar "Je l'aime à mourir", de Francis Cabrel, una canción hermosísima que siempre me hace recordar a mi madre, y no hay una sola vez que no me haga derramar aunque sea una lágrima, especialmente al escuchar el acorde final de la guitarra. Había pensado en imprimir unas hojas con la traducción al castellano, para que mis amigos pudieran compartir la emoción que yo estaría sintiendo al cantar en francés.
Sé que Cabrel también canta una versión en la lengua de Cervantes; tengo otra que interpreta Manzanita con su voz rasposa y gitana, mas la única que me llega a mis sentimientos más profundos es la versión en francés, la cual por cierto, escuché por primera vez en la voz de María Félix, cuando estuvo de invitada en un programa de Verónica Castro.
Creo que desde aquellas reuniones con Pepe y Maribel se fue gestando mi inquietud de aprender a cantar, no con intención de convertirme en un artista profesional y famoso, sino solamente de educar mi voz para que sea agradable escucharla.
Hay otras dos canciones del cantante y compositor Francis Cabrel que me fascinan: "Répondez-moi" y "Je pense encore à toi". La primera describe de una manera muy poética la soledad de los citadinos, y la segunda la nostalgia por un amor ido y... la soledad. Cuando me siento melancólico las escucho, y cuando las escucho me siento melancólico.
Felizmente, comprendo bien el francés, y por eso aprecio y adoro las letras de ambas, al igual que su exquisito acento agenais, especialmente cuando pronuncia "une", "puis", "yeux", "lui appartenir"... de las notas deliciosas que crea con la guitarra mejor ni escribo, inclusive un ignorante como yo puede percibir su belleza sublime.
Je chanterais pendant que je vive.


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