lunes, junio 22, 2009

Sin Hit ni Carrera


Ha estado haciendo un calor tremendo estos días, absolutamente inaguantable. Por fortuna el sábado por la noche cedió un poco y empezó a soplar un viento fresco, y estando de visita en el departamento de Héctor disfruté una muy sabrosa plática en el balcón, que tiene una vista preciosa de la Sierra Madre.
Recordamos muchos momentos vividos a lo largo de más de 20 años de amistad, viajes, autos y también algunas anécdotas ya casi olvidadas, como cuando me hice pasar por él para cursar la materia de Derecho Fiscal.
Resulta que él tomaba clases por la noche, pero esa materia la impartían sólo en la mañana y él no creía poder pasarla, así que se le ocurrió pedirme que lo suplantara y allá voy yo. Total, nadie lo conocía en ese turno, ni a mí tampoco. Estudié con mucho empeño y recuerdo que la aprobé con 96.
A muchos años de distancia, nos preguntamos cómo fue que nos atrevimos a hacer eso, y la respuesta es muy simple, cuando eres joven todo parece fácil y posible. Ah, juventud, divino tesoro...

La celebración del Día del Padre me la pasé junto con mi mamá en casa de mi hermano Felipe y su familia. Antes de la suculenta comida estuvimos viendo la película "El Beisbolista Fenómeno", que estrenaron hace nada más 58 años. El personaje principal es Adalberto Martínez "Resortes", entonces un jovencito, quien es el futbolista Amado Rodríguez. Normalmente no me gustan mucho las películas de este señor, pues en algún punto de su vida adoptó un estereotipo del chilango alburero y dramático de los barrios bajos, con su característico hablar exageradamente "cantadito", y lo empezó a utilizar en prácticamente todas sus películas hasta el aburrimiento. Se quedó totalmente encasillado.
Sin embargo, esta cinta que vi debe haber sido filmada antes de que creara dicho personaje estereotipado, pues Amado era muy cómico, pero además tierno, agradable y simpático, y lo mejor de todo es que no hablaba con el acento barriobravero que siempre le hemos escuchado y el cual detesto.
Realmente me hizo interesarme en la dinámica del juego de beisbol, y de pronto me entró una intensa curiosidad por conocer el significado de algunos términos del argot beisbolístico, como "base por bolas", "sin hit ni carrera", "strike" y otros.
Ese deporte sí que me gustaría haberlo jugado. Recuerdo que cuando estaba en sexto año de primaria lo practicábamos en Educación Física, y me empezaba a gustar.
Sin embargo, ya nunca lo jugué, pues aquí en Monterrey como en casi todo México el deporte que se practica más es el futbol soccer, y a mí nunca jamás me ha gustado ni me ha llamado la atención en absoluto. He intentado ver un partido pero simplemente no le encuentro el mínimo interés y me parece inmensamente aburrido e incomprensible.
Nunca he podido comprender cómo aquí en Monterrey hay tanta y tanta gente que sigue apoyando a dos equipos sumamente mediocres, no se sabe cuál de los dos más. En la mayoría de las reuniones mis congéneres no hablan de otra cosa que de los jugadores, cuya vida siguen con gran interés, de los partidos que jamás ganan, del patético desempeño de los futbolistas que, paradójicamente siguen apoyando porque los medios los han convencido de que son "la mejor afición de México".
¿La mejor afición? ¿Por apoyar (y ayudar a enriquecerse) a equipos y jugadores mediocres temporada tras temporada sin fin? Digo, si tan siquiera jugaran bien y le ofrendaran triunfos a sus fieles aficionados, pero han confundido su papel de futbolistas con el de "estrellas" y se han olvidado de lo único que deben hacer: entrenar y jugar para ganar. Yo pienso que apoyar a tales patanes no es inteligente, más bien me parece una gran estupidez, así que tan pronto la conversación gira alrededor de estos temas, huyo apresuradamente.

La segunda película que vimos fue "Lo Mejor de Mi Vida (My Life)", con Michael Keaton y la hermosa Nicole Kidman. Este drama narra los últimos días en la vida del personaje de Keaton, a quien le han diagnosticado un cáncer muy invasivo.
Cuando comprende que le queda muy poco tiempo de vida, trata de hacer las paces con su familia, de quien tiene mucho tiempo separado. También se pone a grabar videos para su hijo que está por nacer, y a quien no verá crecer. Los ciclos eternos de la vida.
Me pareció una película muy conmovedora, que nos dejó con un gran nudo en la garganta y muchas ideas para reflexionar.

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