lunes, abril 08, 2013

El Inexorable Paso del Tiempo

Cómo he batallado para encontrar un buen título. Se me venían a la mente frases hechas, conceptos repetidos una y otra vez. Este título que elegí no es el más original que pueda existir, pero había que empezar a escribir, dar salida a mis reflexiones, a mis pensamientos. Siempre he sabido que el tiempo es inexorable. No se detiene. He visto pasar los años. He visto como mis pequeños sobrinos crecieron, se hicieron adultos, se casaron, tuvieron niños... he sabido de algunas personas que ya no están aquí... y sin embargo, de alguna manera durante mucho tiempo me ha parecido como que no pasa el tiempo; es decir, sí pasa para los demás, pero no para mí y mi pequeño entorno. Será porque nunca tuve una familia, hijos que crecieran y se hicieran adultos. Todo parece más o menos igual. Pero de pronto, el tiempo, inexorable, parece haberme dado una bofetada. Empecé por ver a mis hermanas y mis hermanos con más detenimiento, y de pronto me di cuenta de que ya no son como yo los veía... me di cuenta de que durante mucho tiempo los miraba con ojos de niño, como si siguiéramos siendo eternamente niños. Sí, eso es... veía (y sigo viendo) a mi hermanita pequeña, a pesar de que su hijo mayor ya estudia para médico; a mis hermanas como unas jovencitas, a mis hermanos, apenas haciéndose adultos, a mi mamá, fuerte, recia, indiscutible jefa de familia. Hace apenas unos días, semanas quizás, he empezado a ver las innumerables arrugas que tantas alegrías y tristezas han dejado en el rostro de mi hermana mayor. He visto como algunos otros de mis hermanos tienen cara de abuelos. He visto mi rostro, cada vez más parecido al de mi hermano. Veo mi cuerpo, que ya no es el de un jovencito, cuánto ejercicio y qué dietas tendría que hacer para parecerlo, aunque sea de lejos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Share Your Thoughts