lunes, noviembre 11, 2013

Tomates Cosechados por Manos Infantiles

Este sábado transmitieron por Canal 22 "Los Herederos", un documental dirigido por Eugenio Polgovsky en 2008, y que según he investigado se ha proyectado hasta ahora en salas de todo el mundo.
Casi sin diálogos, este excelente trabajo retrata la realidad del trabajo infantil en México, principalmente el que realizan niños que cosechan tomates, pepinos y ejotes en campos de Sinaloa, Guerrero, Veracruz, Jalisco, Nayarit y otros estados.


Algunos de ellos van acompañando a sus papás, y si son demasiado pequeños, su trabajo consiste en cuidar a sus pequeños hermanos, bebés que duermen sobre el suelo, o bien dentro de alguna caja o un bote de plástico, cubiertos apenas de los ardientes rayos del sol. Las imágenes captadas por este valiente cineasta tienen un tremendo impacto, pues retratan una dura realidad que muchos no conocemos y que desafortunadamente sucede todos los días en muchos campos de nuestro país.
A mí me impresionó ver esos pequeños rostros, sin sonrisa, reflejando un gran cansancio y además una triste resignación, ante la pesada rutina de todos sus días, como los botes de plástico llenos de hortalizas que cargan sobre sus pequeñas espaldas.
Cada vez que rebane un tomate o un pepino, no podré evitar preguntarme si fueron cosechados por las manitas tiernas de un niño, que debería estar jugando a aprendiendo a leer. Afortunadamente son niños, y encuentran el tiempo para jugar, para reír, para cantar.

En una escuela secundaria como las que hay muchas en esta ciudad, los niños hacen batallar a sus profesores con su indisciplina: aprender no les parece tan interesante como el Facebook y en lugar de repasar la lección se la pasan arrancando hojas a sus cuadernos para jugar a armar enormes bolas de papel. No han aprendido a valorar los cuadernos, los libros que con tanto esfuerzo les han comprado sus padres. Quizás les serviría de mucho ver este largometraje para replantear la manera en la que viven.
Estos niños ubanos, ¿qué están heredando? ¿La apatía de sus maestros, su falta de vocación, sus inasistencias? Sus padres se preocupan por las calificaciones que van a recibir cada bimestre, pero, ¿les inculcan valores? 

 Volviendo al documental, también aparece una niña que prepara la comida en una rústica cocina de leña, envuelta por el humo, y otra pequeña que maneja un telar durante horas y horas para confeccionar prendas de vestir. No hay palabras, sólo las que hablan las imágenes y las que grita la música melancólica de la Banda Mixe de Oaxaca.
También hay un niño descalzo que maneja una carretilla y amasa con sus manos sin guantes una mezcla de algo que parece cemento y arena, con la cual se fabricarán bloques para construir casas.
De tanto en tanto aparece la imagen de una anciana con el rostro lleno de arrugas que, apoyada en un rústico bastón, tarda una eternidad para caminar apenas unos metros... parece decir al espectador que así es como terminarán los días de esa niña que se llena los pulmones de humo de leña al cocinar, de esa niña que ve alejarse su infancia mientras teje con el telar.
Y me quedo pensando en el título del documental: "Herederos". Me pregunto qué es lo que heredarán, y solamente viene a mi mente la palabra "miseria". Qué tristeza. Para acabar con este círculo se precisa verdaderamente un cambio, una revolución.

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