jueves, marzo 10, 2016

El Secreto Sí Funciona

Ya hace un año que me salí de mi trabajo anterior y acepté la propuesta que me hizo Enrique (QEPD) para iniciar un proyecto de promoción de una plataforma para el aprendizaje de idiomas en línea. Desde un principio le aclaré que no sabía (ni sé) nada de ventas, pero él me convenció diciéndome que me asesoraría y compartiría conmigo toda su experiencia como vendedor, y que lo que yo aportaría para este proyecto eran mis conocimientos y experiencia en la enseñanza de idiomas, un factor muy importante para convencer a los futuros clientes.
Fue así como cambió mi rutina y empecé a acudir cada día a la nueva oficina, ubicada en una colonia que le hace honor a su nombre: Florida. A pesar de que está ubicada muy cerca del centro y a unos cuantos kilómetros de la colonia donde viví mis primeros 20 años de vida, solamente conocía sus límites y muy pocas veces había recorrido las calles de su interior.
Desde la primera vez que me dirigí a la oficina, me enamoré de sus numerosos parques y jardines, sus camellones repletos de árboles y arbustos con flores, sus calles limpias y la mayor parte de las casas muy grandes y bonitas, bien cuidadas y casi todas con jardín y árboles en la banqueta. Árboles, plantas y flores por todas partes. Sin pensarlo, desde el fondo de mi corazón, mi yo creativo, optimista y soñador pronunció las palabras mágicas: "Aquí quiero vivir".
Y casi enseguida contraatacó mi yo pesimista y poca cosa: "¿Aquí? ¿Con qué dinero? ¿Ya viste que las propiedades son grandes y deben valer una fortuna? ¡Ni lo sueñes!".
 Normalmente, mi yo amargado y derrotista hubiera ganado la batalla. Pero, de alguna manera, mi yo soñador y optimista se negó a escuchar y siguió repitiendo "aquí quiero vivir, aquí quiero vivir, aquí quiero vivir...". Este pensamiento se afianzaba más y más a medida que recorría a pie sus calles llenas de fresnos, robles, encinos, naranjos y limoneros, calles que forman laberintos, que tarde o temprano conducen a un parque.

Y seguí viviendo en aquel municipio alejado, olvidado, estancado... en ese entonces se estaba construyendo una obra vial que me obligaba a pasar casi una hora manejando, entre calles destrozadas, cerrones, embotellamientos. Me gustaba mucho mi casa, pero llegar cada día a mi refugio se estaba volviendo una pesadilla insoportable. Siempre tenía en mente salirme de ahí, pero por alguna razón todo quedaba en puras intenciones y deseos. Ni siquiera se me ocurría un lugar a dónde cambiarme.

Siete meses después empecé a vivir en la colonia Florida. Pasaron varias semanas hasta que me di cuenta de que El Secreto, la ley de la atracción, había funcionado. Y es que no dije que quería comprar o rentar una casa, simplemente dije "aquí quiero vivir". Y aquí vivo.

Y ahora, ¿qué será lo que quiero hacer?

4 comentarios:

  1. A mí no me ha funcionado: llevo desde los 6 años deseando ser el primer hombre en Marte. Y nada...

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    1. ¡Ay! Bueno... literalmente ese es un deseo muy, muy elevado... suerte.

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