domingo, noviembre 13, 2016

Adictos al Exhibicionismo

Por diversos motivos, en especial una nueva serie de cambios que han ocurrido en mi rutina cotidiana, hace tiempo que no entraba a mi blog, y ahora que lo hago encuentro que mis queridos amigos Pancho y Álvaro también se asomaron a sus blogs después de un tiempo de, al igual que yo, haber perdido el ritmo... ah, yo también añoro esos años cuando escribía tan asiduamente, y compartía opiniones y comentarios con otros bloggeros.
Creo que tiene mucho que ver la llegada de Facebook; a unos más, a otros menos, pero a todos nos absorbe, nos envicia, llenamos nuestros tiempos muertos leyendo lo que los demás publican, muchas veces contenidos sumamente banales, falsos, innecesarios... descuidamos las conversaciones con las personas que están a nuestro lado, dejamos de lado el libro, el jardín que necesita atención, las tareas...
Queremos publicar todo: la foto bebiendo cerveza, en el restaurante ("con excelente compañía", por supuesto), en el gimnasio, de vacaciones, en el auto o en el camión, de camino al trabajo, en la cama con poca ropa, con mucha ropa, nuestros amores, nuestras mascotas, nuestros bebés, en las fiestas... de todo... hay una necesidad desenfrenada de compartir nuestros momentos más íntimos con los demás.
Hay cosas tan odiosas, como esas fotos que publican algunas mujeres, nada agraciadas, pero que sus hipócritas amigas inmediatamente comentarán "¡Qué guapa!". O los comentarios que ventilan rupturas o problemas con los amantes o las amistades: "Mejor sola que con un hombre al que le faltan... pantalones"; "Hay quienes se dicen amigas pero solo esperan el mejor momento para darte la puñalada", "Gracias a Dios por las amistades que se alejaron".
Me pregunto por qué ahora todas las mujeres son unas "guerreras" y todas las niñas, no importa si algunas están muy feúchas, son "princesas"... ¿Por qué las personas se toman fotos con anteojos oscuros? ¿Qué mensaje quieren transmitir? ¿Creen que se ven muy sexis y atractivos? ¿Por qué los novios y esposos se envían y contestan mensajes en Facebook, en vez de decírselo en persona? "Te amo, mi guerrera, eres lo mejor que me ha pasado", "Yo te adoro, mi príncipe azul, gracias por ser el mejor esposo y el mejor papá", "Ustedes son mi motor, me hacen el hombre más feliz del mundo", y así ad nauseam...
Hace poco desamigué a un conocido que forma parte de un grupo de amigos, no lo conocía mucho, pero por sus publicaciones me enteré que vive en pleno Centro de la ciudad, que cada día estrena calcetines de estrambóticos estampados y que tiene una personalidad neurótica que desahoga en sus publicaciones: que tiene insomnio una noche sí y otra también, que le dejaron bolsas de basura en la puerta de su casa, que hubo un maratón y lo despertaron el domingo a las 6 de la mañana y ya no pudo dormir, que una clienta tenía cita para peinado a las 7 de la mañana y no llegó, que unas personas que eran sus "amigos" lo bloquearon de Facebook... simplemente me hartó.
Otro individuo se toma fotos en el gimnasio, según él muy deportista, pero también se exhibe dándose unos atracones toda la semana (como le dice el cura a Chabelita: a "a todo le atoras") y bebiendo caguamas los fines de semana hasta el amanecer... ¿pues cómo está eso? No entiendo.
Esas personas que publican fotos de niños deformes y piden que la gente responda "amén", ¿para qué lo hacen? Y los lectores que, sin pensar, como borregos, escriben "amén", ¿por qué lo hacen? ¿Qué beneficio se logra con eso?
Ciertamente, hay muchas publicaciones muy interesantes también, frases inspiradoras y positivas, noticias sobre avances científicos, tecnológicos, interesantes charlas como las de ted.com , etc., pero también sobran las publicaciones de falsas noticias alarmantes, o curas milagrosas para el cáncer, la diabetes y otras enfermedades, que las personas retransmiten sin detenerse a cuestionar si son verdad o no.


Yo que con el tiempo me he hecho cada vez más observador, tampoco alcanzo a comprender por qué tanta gente se pasa el tiempo hablando por celular o enviando mensajes, absolutamente en todas partes: en la fila del súper, manejando, en el camión, caminando por las calles, en el salón de belleza, en los consultorios, en los restaurantes, en el excusado, en las fiestas... En lo personal a mí me gusta muy poco hablar por teléfono, y trato de que mis conversaciones duren menos de un minuto; en cuanto a mensajes, intercambiar como máximo cinco o seis... conversaciones por voz o por texto más largas me agobian y muchas veces simplemente apago el aparato.
Por esta razón, no puedo entender la fiebre de los demás por hablar por teléfono o mandar mensajes, soportando la incomodidad de sostener el aparato entre el hombro y la oreja, o de teclear innumerables caracteres en teclados diminutos, haciendo caso omiso del peligro de ser atropellados, de tropezar, de chocar, de provocar un accidente... ¿Por qué tanta necesidad de hablar, de comunicarse todo el tiempo? He pensado en preguntárselo a la gente, pero me detengo porque tal vez pensarán que estoy loco.
Anoche fui a una mueblería para buscar un sofá y deseaba recorrer la tienda sin ser molestado, pero una vendedora que me saludó en la entrada ignoró mi "gracias, voy a ver qué encuentro" y se puso a perseguirme por toda la tienda, a cierta distancia. Me resigné. Cuando finalmente me interesó un sofá, le hice unas cuantas preguntas, y me di cuenta que las contestaba con cierto retraso, como los corresponsales internacionales en los noticieros de televisión.
Además, hablaba atropelladamente y no me miraba a la cara... no sabía qué estaba pasando, así que me acerqué y fue entonces cuando me di cuenta de que leía y escribía una serie interminable de mensajes en su teléfono celular. Me dieron ganas de arrebatarle el aparato y darle una patada en las nalgas, pero preferí huir de la tienda.
Ahora poca gente observa a las demás personas, a los árboles, la belleza de los colores del cielo, los cerros, las fachadas de las casonas antiguas o de los modernos edificios... en lugar de verlo todo en vivo, prefieren verlo en fotos o en video.
Otra tendencia de moda es formar grupos y más grupos de chat en WhatsApp.... empiezan para satisfacer una necesidad muy legítima: hermanos que comparten el cuidado de sus padres ancianos, vecinos preocupados por la seguridad de su colonia, estudiantes de la clase de alemán, pero poco a poco empiezan a publicar textos que nada tienen que ver con el propósito inicial y el canal de comunicación se satura de nimiedades e información inútil.
La comunicación jamás había sido tan fácil y nunca estuvo tan al alcance de todo el mundo, nos enteramos de un terremoto pocos minutos después de que ocurrió al otro lado del mundo. En teoría estamos más comunicado pero, ¿lo estamos?
He sabido de grupos minoritarios en varias partes del planeta que han tomado la decisión de desconectarse totalmente de las redes sociales y viven muy felices. Yo creo que, como en todo, nada con exceso, todo con medida. El correo electrónico, ahora casi obsoleto, no lo puedo dejar porque mi trabajo depende de ello, pero con respecto a las redes sociales (específicamente Facebook), si bien nunca he sido adicto, seguiré como hasta ahora: cada vez menos conectado, recuperando espacios, disfrutando el silencio, caminar, descansar la vista, apreciar la vida real.

2 comentarios:

  1. Pues yo en lo personal trato de no ser así, pero desde que contraté mi plan de datos, la verdad no puedo evitarlo.
    Me molesta mucho que las personas vayan caminando en la lela por estar viendo el celular y no levanten la vista. Y sin embargo, dos o tres veces recientemente me he descubierto haciendo lo mismo!
    Y sobre el Facebook... uff bueno, para mi es una bendición porque casi no lo uso. O más bien lo uso para ver únicamente, creo que no he posteado nada en años, pero me mantiene actualizado de lo que hacen mis amigos y conocidos

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    1. ¿Verdad que es muy difícil no dejarse llevar por la adicción? Es necesario hacer esfuerzos muy conscientes...

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