lunes, octubre 13, 2008

La Ciudad Despierta

Hoy salí un poco más temprano de casa, cuando todavía estaba oscuro y muy nublado (cualquier semejanza con mi ánimo es pura coincidencia). La temperatura estaba ideal, fresco y con un poco de viento, sin llegar a frío y por supuesto sin el calor que se dejó sentir todo el fin de semana.
Mientras esperaba el camión (bueno, uno que sí se detuviera porque dos de ellos se pasaron de largo), las sombras fueron dando paso a la luz; segundo a segundo la claridad iluminaba las fachadas, los autos, las caras de las personas. Todo cambia. Es como esas películas de terror, en las que la noche proyecta sombras amenazadoras y crea un lugar aterrador, que se convierte en un sitio apacible y bello tan pronto surgen los primeros rayos del sol. No queda ni rastro del terror nocturno.
Disfruto mucho este fenómeno que la Naturaleza nos regala día tras día, pero incomprensible y contradictoriamente me lo pierdo la mayoría de las veces por quedarme en la cama a dormir "otro ratito".
Pensándolo bien, cada mañana estoy indeciso entre dos grandes placeres: seguir durmiendo lo más posible o levantarme de un salto y ver las primeras luces del día. No es posible hacer las dos cosas al mismo tiempo, a menos que tuviera un gran ventanal en mi recámara, o a menos que pudiera sacar la cama al patio.
Normalmente me decido por quedarme en la tibieza de la cama el mayor tiempo posible, pero hoy sí tuve la voluntad de levantarme temprano. Inclusive pude dedicar unos 15 minutos a meditar, pues sentía una enorme necesidad de calmar mi mente, que ha estado agobiada por una serie de pensamientos sombríos y pesimistas estos últimos días, originados más que nada por la descompostura de mi carro, que requiere piezas carísimas y muy difíciles de encontrar. Bah, no quería mencionar este asunto porque ya me tiene muy fastidiado, pero bueno, ya lo hice. Es que es muy difícil sacarlo de mi mente.

I'm SAD

I wish this somber mood could vanish like the shadows of the night when the sun starts to shine. I've been wondering why I'm feeling this way, so sad, discouraged, depressed, and only recently I found out I could be suffering from something called SAD or Seasonal Affective Disorder. For some people, the shortening of days in Autumn and Winter causes a state of melancholy.
And yes, if I look back to previous years, everything seems to be OK with me until the fall comes, together with shorter days, less daylight, and a blue mood. I know an anti-depressant could help to cope with this disorder, but I just don't want to go through the side effects.
For this reason, I have been looking for other less radical options. Last Saturday I visited an old-fashioned homeopatic drugstore, where I asked the grave-looking lady to make a preparation of hypericum for me. She consulted her old book and found that this herbal remedy is indicated for nervous states. What she doesn't know is that hypericum is being prescribed in Germany and other countries to treat mild to moderate depression, because it is just as effective as fluoxetine or other sinthetic drugs.
It also helps to cure digestive problems, so I'm sure it will be of great help for me.

1 comentario:

  1. gracias por tus saludos, yo vivo en monterrey pero tuve que viajar a new york por cuestiones de trabajo, me gusta mucho lo que escribes y espero estar visitando tu bloog seguido, muchos saludos bye

    ResponderBorrar

Share Your Thoughts