martes, septiembre 22, 2009

Meditación Guiada


Y ya que ando en esto, pues también les comparto una meditación guiada que se publicó en el mismo sitio. La traduje al castellano y aquí está:

MEDITACIÓN GUIADA: CONCIENCIA DE LA RESPIRACIÓN. PARA EMPEZAR, ADOPTA UNA POSTURA que garantice tu habilidad para permanecer despierto y alerta, y que también sea cómoda. Suavemente cierra los ojos y abre tu conciencia de los sonidos. Permítete recibir lo que estás oyendo, y nota lo que llega sin esfuerzo para hacer que algo suceda. Puedes escuchar los sonidos de la habitación o los sonidos que vienen de fuera, o ningún sonido en absoluto. Simplemente nota cómo los sonidos que oyes cambian de un momento a otro.
Cuando te sientas listo, puedes dejar que tu atención se desplace hacia tu respiración. Si gustas, puedes poner tus manos sobre tu estómago y sentir cómo se eleva cuando inspiras y como desciende cuando exhalas. Realmente siente cada respiración según entra y sale del cuerpo. Nota su ritmo y explora su duración y profundidad, observando cómo cambia en respuesta a un pensamiento o sentimiento. Nota la forma en la que estás respirando, por la boca o por la nariz, o quizá un poco de los dos. Puede haber una tendencia a querer cambiar la manera de respirar, pero estamos practicando para permitirnos aceptar cualquier cosa que esté sucediendo, y notar que las cosas cambian momento a momento. La respiración cambia y tú cambias. Nada permanece igual, y sin embargo hay constancia. La respiración nos recuerda que estamos aquí y estamos vivos: deja que sea tu ancla hacia el momento presente.
Si te parece, mientras inspiras, sabiendo que estás inspirando, puedes imaginar que estás inspirando salud y vitalidad. Al exhalar, sabiendo que estás exhalando, puedes imaginar que estás soltando toxinas junto con las preocupaciones y miedos que quieras dejar ir. Nota todo lo que puedas sobre tu respiración, permaneciendo con ella mientras el aire entra y luego sale.
Si las sensaciones físicas son fuertes, atraparán tu atención; puedes respirar con ellas, enviando cuidado y compasión a la sensación mientras la notas. Inhala, respirando oxígeno y nutrientes y enviándolos a cualquier parte de tu cuerpo que los necesite, especialmente cualesquier áreas que sean particularmente sensibles. Exhala, soltando cualquier tensión o tirantez que pudieras notar. Respira con la sensación, haciéndola más suave y notando cómo cambia, calmándote a ti mismo según entras a ella con tu respiración. Observa lo que surge, con cariño, sin juzgar ninguna reacción y dejando que cada momento sea nuevo para entrar por primera vez.
Si te das cuenta de que estás pensando, puedes ponerle la etiqueta “pensamiento” y suave pero firmemente volver tu atención a la respiración. Es normal que tu mente divague. Simplemente nota qué es lo que atrapa tu atención y tráela de regreso. Si te es útil, imagina que estás en una barca con fondo de cristal, observando a los peces mientras nadan en el agua, u observando las nubes que se mueven a través de un vasto cielo en un día claro.
Permanece en armonía con cada pensamiento, cada momento, y conoce que al darte a ti mismo este tiempo para desarrollar la conciencia y una firmeza de atención estás nutriendo espíritu, cabeza y corazón. Permite que sea una aventura, y en el silencio y la quietud que vienen con la práctica descubrirás moravillas aquí para ti, ahora.

Del libro "Aquí para Ahora: Viviendo Bien Con El Cáncer Mediante la Conciencia Plena", por Elana Rosenbaum, M.S., LICSW.

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