sábado, diciembre 18, 2010

Cucho

No me fue posible escribir un comentario en el blog de Guffo, debido a que desactivó esta función, pero aprovecho este espacio para mandarle un afectuoso abrazo. No hay mucho que decir: perder a una mascota muy querida representa un gran dolor del que es muy difícil recuperarse.
Será porque la convivencia diaria con ellos los va haciendo parte de nuestra familia, los llegamos a ver como nuestros hijos y somos felices con sus gracias y sus talentos, pero también sufrimos cuando se extravían, cuando se enferman, cuando alguien los maltrata o cuando se van.
Cada día al regresar a mi casa del trabajo, veo a Tzu-Chi a través de la reja del corredor, dando saltos de alegría al verme llegar. Esto ya se ha convertido en un hábito, pero uno de estos días llegué y me encontré con la reja vacía. Lo llamé y no acudió... no pude evitar pensar que había pasado algo malo...
Pero lo seguí llamando y enseguida vino corriendo desde el fondo del corredor. Todo estaba bien. Qué alivio.
En un principio, cuando Tzu-Chi llegó como un regalo inesperado, no lo tenía en gran estima. Yo me encontraba muy triste por la pérdida de mi pequeño Bimbo. Pero el tiempo transcurre y día a día, los lazos afectivos con nuestras mascotas se hacen más y más fuertes, es por eso que su pérdida representa un golpe tan fuerte.

2 comentarios:

  1. Ni digas Tocayito del aprecio que se le llega a tener a las mascotas, ¿porqué crees que aguanto tanta mordida de mi Tki?, porqu lo quiero y él me quiere mucho.

    Que bueno que Tzu-Chi está bien y tu también.

    Un abrazo a Guffo que aunque no comento en su blog, he oído de él.

    Beso Tocayito

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  2. Que te sea leve la pena y que algún dia en otra vida o en esta lo veas otra vez. Y ya ahora la vda te trajo un regalo quizas otro perro de otra vida.

    How knows?

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