viernes, noviembre 02, 2012

Beijing Bicycle 十七岁的单车

Estos días de reposo/trabajo en casa he aprovechado para ver unas cuantas películas, y la más reciente fue Beijing Bicycle, de la cual no tenía referencia alguna sino que me apareció en la pantalla principal de YouTube como recomendación. Me llamó inmediatamente la atención por varias razones. Una de ellas es que actualmente todo lo que se relacione con China tiene interés para mí. La otra es que me recordó que apenas una semana antes de la operación estuve a punto de comprarme una bicicleta, como un medio divertido para hacer ejercicio, en virtud de que los gimnasios me aburren. La idea la traigo desde hace un par de meses, cuando fui unas tres veces al Parque Fundidora para rentar una bicicleta y recorrer este hermoso lugar pedaleando, feliz de comprobar que no he olvidado como hacerlo, de sentir el aire en la cara, de escuchar mi corazón latiendo más fuerte. Recordé esos años lejanos cuando usaba la bicicleta de mi cuñado Héctor, pues nunca tuve una propia. Pero volviendo a la película, es muy disfrutable y muestra un aspecto íntimo de primera mano de Beijing, sus calles atestadas de gente, autos y bicicletas, de edificios elegantes y barrios paupérrimos, de los jóvenes, de los problemas de adaptación de aquellas personas que, provenientes de otras partes de China, llegan a Beijing en busca de una mejor vida. Guei es uno de elllos, un jovencito de 17 años que encuentra trabajo como repartidor de una empresa de mensajería. Además de su uniforme, se le asigna una flamante bicicleta Merida, la cual pasaría a ser de su propiedad en el plazo de un mes, más o menos, según su volumen de trabajo. Feliz, Guei monta su nueva bicicleta y en ella aprende a familiarizarse con las calles de la capital china. Un día, al salir de un domicilio al que fue a recoger un paquete, descubre que su querida bicicleta, a punto de ser suya, ha desaparecido. Y aquí empieza una historia de persistencia para intentar recuperar una bicicleta entre un mar de ellas... aparece Jian, otro joven de su misma edad, pero de diferente origen, clase social, costumbres, e ideas... sus vidas se enlazarán por un breve tiempo gracias a una bicicleta... Me gustó mucho la determinación de Guei por recuperar su bicicleta (y su trabajo), una determinación ciega que no hizo caso de todos los obstáculos, principalmente la incomprensión y hostilidad de los demás. De ella fue víctima, y casi al final de la película lloraba desconsoladamente, observando indefenso mientras destruían su posesión más preciada, hasta que por fin tuvo el valor de dejar de llorar, DEFENDERSE y salir airoso cargando con su tesoro a cuestas. Muy buena película.

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