No, no creo que sea un asunto nuevo, pero
definitivamente es algo que, por lo que he visto y escuchado, se está volviendo
cada vez más común: maridos que “salen del clóset” y anuncian a su esposa y a
su familia que en realidad lo que a ellos les gusta son los hombres.
Quizá antes no se veían estos casos porque el
rechazo social hacia la homosexualidad era demasiado fuerte, y quien se
declarara homosexual enfrentaba agresiones, discriminación y burlas; en algunos
casos, expulsión del entorno familiar. En algunos centros de trabajo se les
negaba el empleo o bien las oportunidades de obtener un ascenso y con ello un
aumento de sueldo.
Ante el rechazo y discriminación que
encontraban por todas partes, es comprensible que muchos hombres decidieran casarse,
ocultar a toda costa sus preferencias sexuales y reprimir sus deseos
homosexuales, lo cual supongo los hacía muy infelices y frustrados.
Por supuesto, no les habrá faltado alguna
escapada a algún sitio de encuentros clandestinos, al amparo de las sombras de
la noche, una noche de placer durante algún viaje de trabajo, o algún encuentro
no tan inesperado con el amigo o compadre, previa borrachera a la cual echarle
la culpa. Y después de la escapada, un gran sentimiento de culpa que obligaba a
ejercer mayor represión, hasta que nuevamente fuera imposible contener el
estallido de la olla de presión.
Pero las cosas fueron cambiando. Poco a poco,
primero aquí y luego allá, fueron cayendo los muros de rechazo y discriminación
hacia los homosexuales, quienes fueron recuperando más y más espacios en la
familia, los lugares de trabajo y la comunidad. En diversos lugares de nuestro
país y de otros países son legales las uniones entre personas del mismo sexo.
Las marchas por el orgullo gay cada año son más multitudinarias.
Ahora es cada vez más común escuchar a alguien
platicar sobre “el novio de mi amigo”, “la esposa de mi compañera de trabajo”,
“el exnovio de mi hijo”… sin que nadie se escandalice.
La homosexualidad ya no es un tema tabú, y su
discriminación es muy mal vista, inclusive contraviene el Artículo Primero de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que luego de la
reforma del 10 de junio de 2011, señala en uno de sus párrafos: “QUEDA PROHIBIDA TODA DISCRIMINACION MOTIVADA POR ORIGEN ETNICO O
NACIONAL, EL GENERO, LA EDAD, LAS DISCAPACIDADES, LA CONDICION SOCIAL, LAS
CONDICIONES DE SALUD, LA RELIGION, LAS OPINIONES, LAS PREFERENCIAS SEXUALES, EL
ESTADO CIVIL O CUALQUIER OTRA QUE ATENTE CONTRA LA DIGNIDAD HUMANA Y TENGA POR
OBJETO ANULAR O MENOSCABAR LOS DERECHOS Y LIBERTADES DE LAS PERSONAS.”
Ante este estado de cosas, no es de
sorprenderse que esos hombres que han vivido una existencia reprimida, en un
matrimonio forzado por las circunstancias, decidan finalmente ser congruentes
consigo mismos y atreverse a salir del clóset, aunque tengan que enfrentar
inicialmente el enojo, desaprobación o rechazo de su familia.
Un hombre que conozco tenía años viviendo
presa de la angustia y desesperación, por no atreverse a declarar a su esposa
que era homosexual y que quería divorciarse para poder entregarse libremente a
su amante, hombre como él.
En público, ambos cónyuges se empeñaban en dar
una imagen de matrimonio perfecto, publicando fotos y frases en Facebook en las
que se declaraban amor eterno.
Pero había algo en esas fotos que no cuadraba
con la imagen del feliz matrimonio: él nunca la abrazaba. Inclusive una mujer
comentó en una de ellas: “abrácela, compadre”. En las reuniones de matrimonios,
los compadres le hacían comentarios “medio en broma, medio en serio” acerca de
otro compadre que era “el bueno”, y le preguntaban si en sus clases de yoga se
ponía “tutú”.
Hace meses, este hombre por fin se decidió a
dar el paso. Al principio su mujer lo aceptó tranquilamente, pero por alguna
razón, a los pocos días cambió su actitud y ahora no lo deja que vea a sus
hijos, le hace objeto de su furia y le dice que no quiere volver a verlo ni que
se acerque a su familia jamás. Ya no hay comunicación posible entre ellos y
ahora tendrán que resolver su problema con la ayuda de abogados. Ella se dice
engañada por él, pero yo me pregunto: ¿más de 15 años de matrimonio y no darse
cuenta de que lo que se ve no se pregunta?
Por otra parte, un amigo de muchos años me acaba de
comentar ayer que un familiar de él, hombre de más de 60 años, muy recio y
viril, casado y con varios hijos, ahora se ha dedicado a cortejar muchachos en
lugares de encuentros homosexuales. A mi amigo le preocupa lo que vaya a pasar
si esto se llega a saber. Yo no me sorprendo de casi nada. Pero de que las cosas
son muy diferentes a como eran antes, claro que lo son.
mmm creo que es un tema con muchas aristas. parto de mi experiencias personal, primero con mi propio padre, quien tuvo 8 hijos con mi madre y luego que sale del closet. terrible para mi familia pues, y eso paso hace unos 27 años imagina, puf.
ResponderBorrarluego parto de mi experiencia con hombres casados, muchos, pero lo chistoso es como se engañan asi mismo, diciendo que acostandose con chavos no los hace maricas, por que ellos penetran, eso creen, claramente. es como muy doble moral.
estooy contento que hayamos mas jotillos felices sin ataduras, las ataduras provocan frustracion y violencia..y los mayores asesinatos son por parte de estos reprimidos.
en fin, te mando saludosos
Hace mucho tiempo vivo fuera de Mexico pero eso de que "se les negaba la oportunidad de conseguir trabajo y aumento de salario" lo escribiste en tiempo pasado, acaso ya cambio? Ha chingao.
ResponderBorrarMe encanta tu blog tinisimo.
Tigretón... es muy cierto, es un tema con muchas aristas. Ojalá este texto se enriqueciera con más comentarios.
ResponderBorrarAnónimo, gracias por tus opiniones, las valoro. ¿Desde dónde escribes? Es cierto que, aunque son los menos, sigue habiendo trabas para que las personas homosexuales encuentren un "buen" trabajo. Generalmente, si se desea un ascenso hay que portarse "machín". Saludos.
Hola Tinisimo
ResponderBorrarEstoy fuera pero cerca en San Antonio TX. te invito si quieres venir de compras. Ojala podamos ser amigos. al rato de escribo porque me esoty alisando para el trabajo
Saludos
Que artículo interesante. Sucede aquí en los EEUU también, pero menos que anteriormente. Y creo que es un buen argumento para no impedir a la gente que salga del closet de joven. No solo es difícil vivir una mentira, pero también así haces daño a otros. Todos tenemos que ser fieles a nuestra propia naturaleza.
ResponderBorrarSaludos,
Kim G
Boston, MA
A donde salimos del closet hace eternidades.