viernes, agosto 10, 2012

Bien Merecido

Estoy a punto de acostarme a dormir, y esta será la primera noche que duerma con aire acondicionado en mi recámara. Lo compré hace casi un mes, pero apenas hoy me lo instalaron. Cuántos veranos sofocantes he pasado, noches insufribles de mal dormir, en las que me despertaba varias veces debido al insoportable calor, imposible de mitigar ni con dos o tres ventiladores. Algunas veces me acostaba en el piso, otras veces abría la puerta del refrigerador y me quedaba un rato así, recibiendo el aire fresco. Qué impotencia sentía al notar que tocar las paredes de la casa, ardientes, mientras afuera el aire que circulaba era muy fresco y agradable. Solamente había disfrutado dormir con aire acondicionado cuando me hospedaba en hoteles, o bien alguna que otra ocasión en la que me he quedado a dormir en otra casa. ¿Por qué me atormenté tantos, tantos años? Por muchas razones. Mi terapeuta sostiene que una de mis características es la de sabotearme, de hacer todo lo posible por no consentirme, por maltratarme, como si no mereciera ser y hacerme feliz. Quizá tenga razón; pero lo bueno es que eso está quedando en el pasado, y ahora estoy consciente de que trabajo mucho y por lo tanto, merezco mucho. Y el primer paso es el aire acondicionado en mi recámara. Ya vendrán otras recompensas que me tengo guardadas. En la casa de mi infancia no tuvimos aire acondicionado. Mi mamá siempre lo ha detestado, no sé muy bien por qué. Hace unos dos o tres años una de mis hermanas le instaló un equipo soberbio, pero ella jamás lo enciende, por más que le hemos insistido. Mis hermanos y hermanas se casaron y, como muchas, muchísimas personas en esta calurosísima ciudad, instalaron equipos de aire acondicionado en sus casas. De alguna manera, me acostumbré a la idea de que los demás sí se merecían tenerlo y yo no. Pero ya no es así. Recuerdo que antes sólo había equipos que consumían muchísima electricidad, de modo que por todas partes oía a personas que pasaban grandes trabajos para pagar sus recibos, y esto reforzaba mi auto-sabotaje. Me negaba a andar batallando para pagar recibos, ignorando el hecho que también me negaba el merecido descanso durante muchas, muchas noches de calor insoportable, día tras día, año tras año. Afortunadamente, los equipos modernos son más eficientes, y, maravillosamente, funcionan con 110V. No es necesario hacer trámites engorrosos con la compañía de electricidad para contratar el servicio 220V, ni contratar a alguien para que haga una instalación especial (yo que siempre tengo la mala suerte de batallar con plomeros, albañiles, electricistas, etc. ineficientes, impuntuales, informales, idiotas). Desde la tarde que llegué estoy maravillado. Lo puse a funcionar y como por arte de magia se fue esfumando el calor de la recámara. Salgo hacia la sala o la cocina y me envuelve el aire sofocante, y me pregunto: ¿cómo pude soportar esto tantos años? Ya pasó, ahora, a disfrutar. Ya no tengo que estar afuera de la casa para tomar el fresco. No se me antoja salir. Ahora comprendo por qué todos los vecinos llegan a sus casas y no se les vuelve a ver sino al día siguiente. Ahora es mi turno. A descansar. Que lo tengo bien merecido.

4 comentarios:

  1. pues a disfrutarlo se ha dicho compadre.
    yo tenia uno en mi cuarto, pero era de esos viejos de ventana,a fortunadamente se quemo(porque era de esos que si gastaba mucha corriente) el compresor y ahora tendre que comprar un mini split.

    saludos feliz viernes....

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  2. Como dice tu Post bien merecido ¡ mira que no se puede dormir con estos calores, saludos ¡

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  3. Cari

    Pues Felicidades¡ disfrutalo.

    Aquí los GDL´s en verano son hasta eso bastante frescos, ahora con lo que queda de Ernesto(huracan) andamos nublados y lluviosos.

    Solo una recomendación, se que eres cuidadoso de tus recursos y del planeta, pero no viene mal recordar que sale carísimo el recibo de luz con el aire, trata de dosificar bien su uso.

    Besos tinísimo.

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  4. Claro que te lo mereces Tocayo, para eso trabajas para darte lujos y comodidades.

    Un abrazo.

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