domingo, octubre 27, 2013

Unos Matan y Otros se Suicidan... Por un Teléfono Celular

"Se suicida por un celular", rezaba el encabezado del artículo firmado por el Dr. Jesús Amaya Guerra en el periódico El Horizonte, y que llamó poderosamente mi atención. Al darle lectura me enteré que una jovencita de Monclova decidió suicidarse al no encontrar su teléfono celular dentro de su mochila. Aparentemente sus compañeros de clase se lo habían escondido para jugarle una broma, pero ella simplemente ya no vivió para comprobarlo.
Pienso que es muy probable que la muchacha hubiera venido arrastrando otros problemas que la agobiaban, pero es impresionante que ante un incidente como éste, la pérdida de un celular, se haya sentido tan completamente incapaz de hacerle frente que no pudiera pensar en otra solución más que el suicidio.Es extraña esa dependencia del celular, de la que todos somos víctima, en mayor o menor grado. Yo no disfruto mucho hablar por teléfono, y  menos mientras manejo; tampoco soy bueno para escribir mensajes en un teclado minúsculo, lo detesto. Pero todos los días observo, en todas partes, a personas de todas las edades hablando y mandando mensajes como enajenados; no los detiene nada, ni el hecho de ir manejando, cruzando una transitada avenida a pie, corriendo en el parque, comiendo en un restaurant, pagando la cuenta en el súper, "atendiendo" una conferencia... parece una maldición diabólica.
De camino al trabajo, al darnos cuenta de que lo hemos dejado en casa sentimos desesperación y ansiedad; parece que nos hubiera ocurrido una catástrofe y que no podremos funcionar bien, queremos regresar pero no podemos, ¿o sí? No es el fin del mundo, es perfectamente posible pasar el día sin el celular.
Hablando del suicidio de la joven, en opinión del Dr. Amaya, "esto es sintomático de un vacío existencial y una gran fragilidad para soportar pequeñas desilusiones de la vida". Estoy completamente de acuerdo. Entiendo que no es nada fácil para los padres modernos criar a sus hijos, pues como generalmente ambos trabajan, a veces es poco el tiempo que pueden dedicarles para convivir, ya no digamos para inculcarles valores y reforzar la educación que reciben en la escuela.
Lo malo es que es hay padres que frecuentemente quieren compensar esa falta de tiempo con una computadora, un teléfono celular, un reproductor de música o algún otro producto que la publicidad a la que están expuestos todos los días les hace creer que son absolutamente indispensables para vivir. Pero el placer que les produce poseer uno de estos objetos, casi siempre muy costosos, es efímero, pues en poco tiempo se vuelven obsoletos y anticuados.
Al compensar la falta de tiempo con regalos, los  padres pierden la capacidad de enseñar a sus hijos a postergar la gratificación, a realizar trabajos y ahorrar para poder obtener los objetos de deseo después de un tiempo. ¿Y qué puede pasar cuando los padres no tienen dinero para cambiarle el celular por uno más nuevo y más caro que acaba de salir a la venta? ¿Hasta dónde pueden llegar para obtenerlo?
¿Será esta la razón por la que unos jóvenes delincuentes se hayan atrevido a asesinar a otro muchacho de 15 años, en el Distrito Federal, para robarle su celular y sus tenis?
La violencia que vivimos en nuestras ciudades tiene muchas, muchas causas. La difícil situación económica de muchas familias es una. Pero sigo pensando que la forma en que los padres educan (o dejan de educar) a los niños y jóvenes de hoy tiene mucho, mucho que ver.

2 comentarios:

  1. Pues mira Tinísimo yo viví algo parecido este fin con unos amigos queridos con los que fui a Mananillo... a, por cierto ya hay post jujujuju....

    Y mira, ellos que son unos adorados se la pasaron metidos en la habitación, con aire acondicionado, viendo cable, conectados a internet, al face y al casino virtual, para solo salir a comer y al casino real.

    Yo en ese sentido me gusta conectarme con la naturaleza, pero cada vez creo que tenemos más dependencias pendejas, producto de ese vacio existencial justamente.

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  2. Completamente de acuerdo contigo compadre, se de casos, de amigos que no pueden estar un momento sin su celular, checando el watsapp y la verdad es muy molesto cuando estas platicando con ellos y te cortan la conversación para ver que chingaos pasa en su mundo virtual, snif..

    yo solamente uso mi cel para ecuchar musica, tomar fotitos, porque la neta ni me hablan, jajajaja.

    saludos...

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